En este blog te contaré cómo decidí empezar a competir, lo que he aprendido, de qué me ha servido, y cómo me he motivado a lo largo de mi preparación para bikini fitness.
Mi comienzo
Desde bien pequeñita mis padres me apuntaron a clases de tenis, siempre les voy a agradecer haberlo hecho, porque gracias a ello me considero una persona que no se rinde de ninguna manera, aunque me tropiece mil y una vez. Desde ahí nunca he parado de hacer deporte, y a su vez, competir semana tras semana.
Cuando ya me estaba adentrando en la vida adulta de responsabilidades y poco tiempo, lo tuve que ir dejando y apuntarme al gimnasio ya que podía ir a la hora que quisiese y amoldar el entreno al tiempo que tuviese. Me encantó y decidí estudiar el mundo del fitness.
Ahí es cuando empecé a seguir a personas que competían en esto, al principio no me gustaban esos cuerpos porque los veía demasiado "trillados", pero según me aparecían publicaciones y publicaciones me dije: "¿y por qué no seguir compitiendo pero en otro deporte que me gusta y que sé que si me lo propongo saltaré muros y barreras hasta alcanzarlo? ". Así hice.
Pregunté por coaches hasta que me hablaron maravillas de mi actual entrenador Cristian Jusdado, mucho al que agradecerle. Lo nuestro fue todo un reto ya que no nos conocíamos, él no sabía como funcionaba mi cuerpo ni como iba a reaccionar con cada dieta/entrenamiento, pero no puedo estar mas orgullosa del trabajo que hicimos juntos.
Fue un año completo el que tuvimos para la preparación porque yo quería salir en la segunda temporada de Octubre, siempre y cuando no fuese un desastre... jejeje
Mi motivación
Desde pequeñita me enseñaron a que el tenis es un deporte individual donde se siente mucha presión y o la superas o te comen. La vida es así. Soy una persona muy nerviosa, y lo he pasado muy mal con las competiciones, pero en mi vida me he rendido, ni lo haré.
¿Qué he aprendido?
A que puedo ser capaz de mucho más de lo que creo. Como bien me ha enseñado mi gran coach, de que nunca se da el 100%, siempre se puede un poco más porque no siempre nos encontramos en la misma situación.
¿De qué me ha servido?
De darme cuenta que el objetivo que me proponga lo conseguiré, a corto o largo plazo, da igual, pero lo haré.